LINDA LÓPEZ ORTEGA


Sin tiempos

Te había buscado infinitamente
Antes de mis tiempos y tus tiempos
En los mares de mis angustias
Bajo soles inexistentes
Te había llamado repetidamente
Convirtiéndome en un eco desesperado
Te recorría en mis pasos
Buscándote en sueños
De rostros desdibujados
Y con la simpleza de lo primitivo
Y el tiempo exacto
De relojes milenarios
Sin apresuramientos y excusas
Para breves encuentros
Apareces…. Existes:
Desde ayer,
Desde hoy,
Desde siempre
Perteneciéndote mis huesos -equivocados mil veces-
Y este cuerpo que no se ajustó nunca al ritmo de otros cuerpos
porque el rito de la pertenencia
es sagrado
-Desde el primer estremecimiento
Hasta el grito del éxtasis final-
Sin tiempos: te amo
Aún cuando perduren
Los sonidos de muerte acechándome
Fantasmas:
-rondándote, rondándome-
Aún cuando las mareas
No siempre estén bajas
Y los peces duerman en las tardes de lluvia
Aún cuando a mi tiempo
Lo toque la tristeza
Y las culebras nocturnas
De las lámparas de mi casa
-me cierren el paso-
Aún cuando los viejos
amores persistan
Porque el espíritu se me fugó un día
Entrando a tu cuerpo
-Y eso basta-.

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